12 dic 2011

El cielo en sus manos.

Malena sabía que ese no era su lugar, ella tenía claro que algún día llegaría la hora de irse. Sin embargo no observaba, estaba embelesada con aquella cara, aquel hombre era más que su propio cielo. Ella ya no esperaba la noche para ver las estrellas, por que podía tocarlas cuando el la acariciaba y le regalaba un cheque de mentiras que ella apreciaba en lo más hondo de su corazón. El sólo pasaba el tiempo, Malena no era más que otra en su vida, una tasita de café vespertina, un suspiro en la calle y una mirada más en casa. Ella estaba loca por el, había dejado hasta el último de sus momentos dentro de sus pantalones, y su perfume en el toilette.Pero esperada o inesperadamente luego de una serie de eventos desartunados, aquel día en el cual Malena se realizó en la idea de que no había sido más que un simple esbozo de amor para su tan preciado tesoro, el amor enloqueció y aposto a cambiar los nombres, Malena se quedo sola.
  El ya no sabe del amor, siempre buscó otra cosa. Ella sigue caminando, en soledad y con una gran carga, extrañando aquel mundo ficticio que tanto amó y con el corazón pertrechado. 

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