A veces es necesario partir para entender porqué no podíamos estar ahí. Muchas veces insistimos y nos volvemos una molestia, un estorbo. No seguimos las claves que la vida nos da, no queremos reconocer que ese lugar que algún día fue nuestro, ya no nos pertenece o simplemente, le pertenece a otro. Creo que la vida es una despedida sin fin, una sucesión continua de "Chau, Adiós, Hasta luego, etc" Todo el mundo se despide todo el tiempo, como enfermedad o como remedio. Hay veces que las personas se van para siempre y entendemos entonces cuales fueron los errores que cometimos y aprendemos de ellos, tratando de no volver a provocar otra dolorosa pérdida, en cambio a veces perseguimos a quien nos deja volviéndonos una completa molestia, buscando amor donde ya no lo hay y/o llorando por una persona que tal vez ni siquiera se interesa por nuestro bienestar. Es importante entender que cada final es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, y que por ende es necesario dejar ir esa otra alma agotada de amar.
Por y para mí, Rocío Lemos.
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