31 mar 2013


“Yo quería amarte todos los días, enamorarme en un proceso tremendo que durara veinticuatro horas, Yo quería empezar el día siendo desconocida y que de a poco comenzara a gustarte -desde la mirada siniestra hasta la sonrisa tonta, desde la manía de colocarme el calcetín izquierdo y luego el derecho-. Yo quería que a cada segundo nos descubriéramos, y así, tan lenta como rápidamente, cada día fuéramos conquistándonos como si fuera la primera vez.”

 El día en que decidió llorar

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