6 mar 2010

Prefiero callar, no hace falta hablar, para qué? si todo ha sido un invento de nuestras mentes perversas que nunca acabaremos de conocer; victimas de nuestros cerebros son las acciones necias que brotan del momento. Odio tener que aceptar que no me conozco y que no puedo controlar lo incontrolable; odio tener que buscar afuera lo que carezco por dentro y odio buscar en el lugar equivocado. La guerra entre mi pensamiento y mi sentimiento quizá es la búsqueda insensata de trozos de felicidad perdidas en el univso.

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